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  • Víctor Stern

Frescos consejos para trabajar y vivir mejor; algunos comprobadísimos, otros novedosos y hasta irrev


El pasado martes 2 de abril en Sala de Audio tuvimos el gusto y el honor de participar en una charla con el licenciado Ezequiel Morfi, técnico de audio especializado en masterización en su estudio, TITANIO, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina: “Algunos hábitos personales en grabación, mezcla y masterización”.

Poster de la magnífica conferencia.

Fue una serie de vasos de agua fresca en el desierto. Así que sin más, para conocedores y no conocedores, a refrescarse con (mi interpretación de) estas ideas plasmadas en una conferencia brillante (en orden más o menos cronológico y sin mayor explicación*). Léanse como una serie de consejos para vivir y trabajar mejor.

Coincidencias con muchas conferencias pasadas (que creo que deberíamos ya considerar como verdades absolutas): la importancia del orden y la constancia. Grabación, mezcla o masterización: orden. Templates. Colores. Si los primeros ocho canales son la batería, ¡que sea así siempre! Si son verdes, que siempre sean verdes. Si en una rola no hay batería, los primeros ocho canales quedan vacíos, no se recorren, porque entonces el bajo quedaría en el canal 1, y el bajo no va en el 1.

Bien organizado es mejor.

¿Qué voy a desayunar hoy? Podría desayunar cualquier platillo del mundo… desayuno lo mismo que ayer. Porque así funcionamos mejor los seres humanos: somos animalitos de costumbres. De rutinas. Y así ganamos en tiempo y en esfuerzo. La vida se hace más fácil y más rápida, y el tiempo y el esfuerzo son dinero. Debo poder ocuparme de lo importante y no estar pensando en el color de los canales de la batería de hoy, o en dónde quedó el bajo: el bajo va siempre en el canal 11 (o el que tú quieras, pero siempre en ese). ¡Ojo: no confundir con una prohibición a la experimentación! Todo es válido en su momento y su lugar, pero no experimentemos con el orden de los canales de un proyecto al otro. No vale la pena.

Mezclar sonidos es como mezclar sabores.

Segunda coincidencia (que ya apareció en este texto): el audio es como la cocina. ¡Lo hemos escuchado mil veces! Que si le falta sal o le sobra pimienta a la mezcla, o que si está quemado el platillo o la mezcla está distorsionando. Que si necesitamos tener todos los ingredientes y herramientas necesarios a la mano y ordenados (ya sean harina, masa, jitomate picado y queso rallado o bien batería, bajo, guitarras y voz). Que si preferimos endulzar el platillo con azúcar o con miel, o cocinarlo en parrilla o en sartén o ecualizar la mezcla con el ecualizador “A” o el “B” porque así sabe o suena mejor; porque es el ingrediente o la herramienta que mejor le va a ese platillo.

Otras: la razón de nuestra existencia como ingenieros de audio es lograr que el mensaje se transmita de la mejor manera posible desde los artistas hasta el escucha. Es nuestra primera clase de La Naturaleza Física del Sonido y nuestra última clase de Proyecto Final. Nuestro primer y último capítulo en la biblia del ingeniero de audio. Si no lográs que el mensaje del artista se transmita de la mejor manera al escucha, perdiste el rumbo.

Lo importante es transmitir el mensaje.

Y para lograrlo, lo más importante es escuchar con atención, cómodo, sin distracciones, con el oído, el cerebro y el corazón. No importa (tanto) el hardware o el software. No importa (tanto) la experiencia o falta de experiencia. Lo más importante es escuchar y hacer clic con el material y el artista. Si lo lográs, ya tenés el 80 % del trabajo terminado.

Otra: uno de los apellidos adoptados que todos nuestros alumnos deben tatuarse y que Ezequiel viene a reforzar: el objetivo siempre es que el material suene in-cre-i-ble. Lo mejor que pueda sonar. Siem-pre. (En clase lo decimos ligeramente diferente; nuestros alumnos lo pueden confirmar :D

Que siempre suene dpcmdr.

De lo nuevo (al menos para mi): no vale la pena hacer de más. Microfonear de más, procesar de más, pensar de más, tardar de más. Si solo vas a usar el sonido de overs, tarola, hi hat y bombo, no perdás el tiempo colocando 16 micrófonos en la batería. Es como querer cenar pizza y pedir pizza, sushi, un corte de carne y pasta, "por si acaso". Es desperdiciar recursos, tiempo, energía… lo importante es que lo que se hace esté justificado: si el whisky necesita añejarse 12 años, ¡hay que hacerlo! No hay opción. Si te tenés que tomar tres horas colocando 20 micrófonos en la batería, ¡hazlo!, pero porque es necesario para ti y para el proyecto. Porque así es como mejor va a sonar.

El tiempo y energía necesarios para el mejor resultado. No menos, no más.

Algunas otras ideas:

Hablando de masterización: no dejes que otros hagan las conversiones. Si va para Spotify, entrega el formato y los niveles correctos para Spotify. Si permites que la plataforma lo convierta, seguramente lo hará menos bien de lo que tú lo haces.

Sobre trabajo in-the-box: no existe razón para no trabajar en punto flotante: rango dinámico indefinido, más que infinito. Imposible clipear y si le bajas 80 dB a la señal, ¡le bajas 80 dB al piso de ruido! ¡¿Por qué alguien querría no trabajar así?! No existe razón.

Infinito.

¿Cualquier medidor de nivel? (O, para el caso, ¿cualquier plugin?) ¿Da igual? ¡No! No es lo mismo medir 10 que medir 10.00 que medir 10.000000. No todos los plugin son iguales, hay unos mejores que otros. Hay que conocerlos bien.

Pro Tools es el mejor DAW del mundo así como la mejor pizzería del mundo es _______________. ¡Es cuestión de gustos! La mejor DAW es la que más me gusta o la que mejor conozco tanto como la mejor pizzería es la que más me gusta, o la que está más cerca o para la que me alcanza… lo importante es conocer y entender y saber usar alguna bien; si entiendes una bien, puedes usar cualquiera.

La mejor pizzería es _______________.

Otra, muy importante: a Save As le falta una “s” al final. Úsalo.

Siguiente, en mezcla. El primer insert en todos y cada uno de los canales debe ser un medidor de VU con trim digital. Que todas las señales entren al primer plugin en +4 dBU para que los plugin funcionen como debe de ser. Imperativo conocer niveles de entrada y de salida en cada plugin y cada punto de la cadena.

Flujo de señal y apellidos tatuados en el brazo de un alumno. ¿Pensaron que era broma?

Ezequiel vino a platicarnos de sus hábitos de trabajo y acabó recalcando algunas de las lecciones que compartimos cada cuatrimestre con nuestros alumnos y dejándonos perlas de sabiduría fresca y nueva. Qué gusto constatar una vez más que lo que se dice aquí se hace en todo el mundo y que no se vale hacer las cosas con miedo. Si hay argumentos, avante y con la frente en alto. Y que siempre suene dpcmdr.

Gracias, Ezequiel, por tu tiempo y tu dedicación.

¡Y gracias a ustedes por acompañarnos! Nos leemos la siguiente semana.


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